En un emocionante Rally de Japón, el Campeonato Mundial concluyó con el belga cortando con los años donde estuvo cerca, y se alzó con la corona en un drámtico evento. En el final, Hyundai perdió el cetro de constructores contra Toyota, por lo cual la marca surcoreana solo pudo celebrar la corona de pilotos con Thierry Neuville.
El viernes, problemas técnicos en el i20 de Neuville complicó las aspiraciones holgadas con las cuales accedió meritoriamente a la definición en tierras japonesas. Mientras tanto, su compañero y rival por el título, Ött Tänak (Hyundai i20), lideraba la competencia seguido por los Toyota Yaris de Elfyn Evans, Sébastien Ogier y Takamoto Katsuta, más los Ford Puma de Adrien Fourmaux y Grégoire Munster.
Superando a todos los participantes que no eran Rally1 Hybrid, Neuville remontó el sábado y sumó algunos puntos valiosos, mientras Tänak se llevó los 18 del líder. Pero el domingo todo sería diferente, porque la tensión entre Hyundai y Toyota hizo tener que arriesgar al máximo a Tänak, y se despistó en el primer tramo dominical, sellando la historia a favor de Neuville.
El Rally lo ganó Elfyn Evans, seguido de Ogier y Fourmaux en el podio, mientras que Neuville, cinco veces subcampeón y tres veces tercero, pudo al fin cerrar una historia feliz, que le costó mucho sufrimiento.