Marcos Bobbio no pudo redondear el fin de semana en Paraná, pero fue muy veloz cuando pudo demostrarlo en la séptima fecha del TS1800. El santafesino clasificó sexto, y buscando un gran resultado en la serie fue tocado. Partiendo desde el fondo, Bobbio tenía para remontar, pero el motor se puso en tres cilindros y debió dejar la carrera.
La jornada del sábado fue muy luchada, a la milésima desde los entrenamientos. La pole position estaba para cualquiera, pero entre esos candidatos estaba Marcos. Sin poder cerrar la vuelta ideal, quedó sexto y fueron buenos indicios para el domingo. Pero al otro día, las cosas no salieron bien: en la serie lo chocaron y lo sacaron de pista, y en la final casi ni pudo correr porque el impulsor se puso en tres cilindros y se generó un abandono inesperado.
“El resultado fue malo pero el auto está bárbaro. Clasificamos muy bien a pesar de que estuvimos enredados. Quedamos a tres décimas pero en los parciales hubiésemos hecho la pole. Estoy súper contento con el auto”, comentó Bobbio, aislando lo bueno del fin de semana que fue lo hecho en clasificación.
Posteriormente, explicó lo que pasó para que se arruiné una séptima fecha del año que aparentaba mucho mejor: “Me pegó Martinet de atrás, veníamos muy bien, era una carrera divertida pero me dio y me sacó a la leca. Luego en la final casi ni giré, ya que el motor se puso en tres cilindros y lo paré para que no se rompa más. Fue una verdadera lástima”.
Finalmente, agradeció a su gente y habló de la cita venidera: “Es una lástima el cambio de circuito porque me encanta Las Termas de Río Hondo, pero iremos a San Jorge otra vez. Agradezco a Pipi Prochietto, quien es el que hace todo, yo me subo al auto y nada más. Obviamente también a Esteban Pou porque era un misil a pesar de lo de la final, a Matías Fernández por los amortiguadores y a los integrantes del equipo que nos acompañan a todas las carreras”.
Mauro Calandria – Prensa Marcos Bobbio / Foto: Alejandro Gómez