Las ilusiones de un gran fin de semana se esfumaron para Ignacio Haroián rápidamente en la penúltima fecha del Turismo Fiat Santafesino. Poco pudo hacer en la final tras un sábado complejo y un domingo donde no se recuperó.
Luego de trabajar intensamente toda la semana en el chasis, lo que falló fue la confiabilidad en el motor. El sábado fue muy malo para Haroián y su equipo, y tuvieron que cambiar la planta impulsora, obligando a ‘Nacho’ largar último su serie.
Tras cambiar de motor, la fe en el impulsor de repuesto estaba y en la serie matinal del domingo, partiendo 12º pudo progresar y llegar octavo. Pero para sumar muchos puntos, el progreso en la final debía ser mayor.
El desafío final no fue muy extenso para ‘Nacho’ Haroián, ya que el jujeño paró su auto a los pocos metros porque no tenía el nivel suficiente para encarar una pista tan exigente como es Rafaela para cualquier categoría.
“Tuvimos un fin de semana para el olvido porque desde que llegamos al autódromo empezamos mal. Al principio tuvimos problemas en el chasis pero luego todo iba mal con el motor. Armamos un impulsor para asentar, pero se clavó un cilindro y tuvimos que desarmarlo”, relató Haroián.
Y agregó: “Pusimos motor 1400cc para clasificar pero no podíamos seguirlos a los 1300cc o a los Uno que se escapan. Al largar últimos las cosas se complicaron, y tuvimos que abandonar. Sabemos que el chasis está y ahora tendremos que laburar en el motor. Agradezco a todos los que han venido a ayudar, a mi papá, mi tío, Fede, porque venimos metiendo muchas fichas en esto y lo hacemos gastando mucho tiempo para que ande bien”.
Ignacio Haroián agradece a Italia Neumáticos, Banco Patagonia, Baterías Bosch, a su padre, su tío, su primo, novia y toda la familia por el esfuerzo y apoyo que brindan en este gran desafío.
Mauro Calandria – Prensa Ignacio Haroián / Foto: Hernán Rodríguez