El argentino logró un podio inolvidable, largando último y finalizando en segundo puesto en las 24 Horas de Le Mans, acariciando la victoria. José María López debió reemplazar al lesionado Mike Conway, la clasificación se puso cuesta arriba y la carrera fue una de las más difíciles de toda la historia, pero aún así, el de Río Tercero fue uno de los principales protagonistas junto a Kamui Kobayashi y Nyck De Vries.
Ferrari ganó con lo justo, estirando el consumo para ver la meta victoriosos con el auto número 50 manejado por Nicklas Nielsen, compartido con Antonio Fuoco y Miguel Molina. Pero hubo otra historia de carácter heróico, que fue la remontada iniciada por De Vries, que continuaron Kobayashi y López, y que el argentino tuvo el honor de ser quien viera la bandera a cuadros, con un ritmo fenomenal. La victoria no se dio por detalles, que todos los autos acumularon, sean sanciones, problemas técnicos, errores, toques, y lo más impredecible, el clima, que generó todo tipo de golpes de escena.
Luego de finalizar la carrera y celebrar en el podio, ‘Pechito’ López expresó: “Me gustaría agradecer a todos en el equipo de Japón y Colonia por su arduo trabajo y la confianza que mostraron al darme esta oportunidad. Gracias a Kamui y Nyck, que hicieron un trabajo fantástico, al igual que los mecánicos y los ingenieros. Fue una montaña rusa de emociones para mí, desde hace 10 días, cuando Mike se lesionó y yo ocupé su lugar. Estaba feliz de estar aquí pero también triste por él“.
Resumiendo en pocas palabras lo que fue el cambiante desarrollo de la competencia, el cordobés explicó: “Luego, la carrera fue simplemente la más dura que jamás haya experimentado, con el clima, tener que salir último y perder tiempo con zonas lentas, pinchazos y otros problemas. Siempre logramos regresar y mostramos nuestro fuerte espíritu. Estoy orgulloso de todos por eso. Es un día emotivo para mí porque no sé cuándo tendré otra oportunidad de competir por la victoria general“.
Mauro Calandria / Foto: Toyota Gazoo Racing