El piloto de General Roca, Córdoba, tuvo su primera fecha del año con algunos inconvenientes en San Jorge pero espera revertir el panorama en el Turismo Agrupado Clase 2.
Luego de intensas labores en el verano, inició su primer año completo en las Categorías Agrupadas Federadas luego de sumarse durante la temporada pasada, siguiendo la tradición familiar de su padre Julio, quien ha competido en el TC4000 SS hace ya unos cuantos años atrás.
“En el verano trabajamos mucho en la planta impulsora, con desarrollos nuevos por parte de mi viejo en la tapa de cilindros y se repasó todo. En lo que es chasis se iba a repasar todo pero como terminamos bien el 2019 arrancamos así como estábamos, e hicimos amortiguadores y otros detalles”, comentó Ignacio.
Y agregó: “Se trabajó en pintura y se cambió el diseño. Teníamos expectativas de andar mejor pero los fierros son los fierros, y no pudimos andar del todo bien. En entrenamientos anduvimos bien pero empezamos a tener problemas con el chasis, que se pegó al suelo. Vinimos de San Jorge y mandamos el auto a Germán Fauro, quien lo construyó, para que lo repase un poco en Marcos Juárez. También mandaremos los amortiguadores a Ricardo Yannantonio, y si bien no sabemos si la próxima fecha será como está planeada, no queremos que nos agarre mal parados”.
Pero no solamente se trabaja en el auto actual, que no es propio, sino que también se consiguió un vehículo para armar en la divisional, sin descartar una posible incursión en el Turismo Agrupado 1600. “Además adquirimos otro Fiat 128 ya que el actual no es mío sino de Diego Bertola. Lo corremos y mantenemos nosotros y él nos los presta. Nosotros a lo largo del año haremos el 128 o un Turismo Agrupado 1600, no tenemos bien decidido aún. Con esta situación de cuarentena paramos un poco para analizar qué hacer”, reveló.
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